Situada en lo alto de la villa de Sierra de los Padres, la gruta debe su nombre a la enorme cantidad de pañuelos que fueron dejados por los visitantes a lo largo de los años. La historia transmitida por los lugareños, cuenta que fue en el año 48 cuando un matrimonio de inmigrantes italianos colocó entre las rocas una imagen de la virgen y ató los primeros pañuelos, rogando les fuera concedido un hijo. A los pocos meses, estando la mujer embarazada, el matrimonio volvió y colocó otro pañuelo en señal de agradecimiento. Desde ese día, la gruta continuó recibiendo miles de visitantes que consolidaron la tradición de anudar sus pañuelos y pedir a la Virgen de Luján, convirtiéndose así también en una importante atracción turística de la zona. Actualmente, entre los meses de enero y febrero, llegan al lugar aproximadamente 6000 turistas por semana.
El cerro donde está ubicado el santuario está circundado por un barrio residencial y cuenta con hermosas vistas panorámicas desde donde se puede divisar la Laguna de los Padres, la ciudad de Mar del Plata, colinas y huertas.