La estancia La Mimosa se fundó 1869 y funcionó inicialmente como una pulpería a la vera del Camino Real. En los primeros años del siglo XX se introdujeron mejoras que perduran hasta el día de hoy: una frondosa forestación, un palomar, un jardín exótico y un molino de viento. La antigua casona conserva su estilo original: una arquitectura colonial que se mixtura con tendencias italianizantes y el art-nouveau. Actualmente es manejada por un emprendimiento familiar que organiza eventos y visitas a la estancia.